martes, 8 de noviembre de 2011

Discriminación religiosa, hecho contundente


Muchos se han preguntado si verdaderamente existe la discriminación religiosa y podemos decir sin temor a equivocarnos que sí y prueba de ellos hay muchas.

Por ejemplo, terrible genocidio realizado por la Alemania nacionalsocialista durante las décadas de 1930 y 1940 para aniquilar la población judía de Europa. Al final de la II Guerra Mundial en 1945, en torno a seis millones de judíos habían sido asesinados en campos de concentración por los nazis.

Ésta es una cruda realidad, que hemos tenido que venir cargando a lo largo de la historia, pues éstos hechos no se olvidan, y hay que dar gracias que no, pues a partir de ellos y de muchas otras acciones se ha logrado que en la mayoría de los países existan leyes que garantizan la libertad de creencias, precisamente para evitar actos de asesinato como el llevado a cabo por los nazis.

Si bien fue respetable que los nazis creyeran lo que quisieran, ello no les daba ningún derecho de arrebatarles la vida a tantas personas sólo por ser judías.
Con ello podemos aclarar el punto de libertad de creencia pero sin afectar a terceros, pues personas buenas y otras no tanto, niños, hombres, mujeres y ancianos fueron asesinados sólo por la obsesión de, verdaderamente, un loco fanático.

Y sin discriminar a nadie quiero expresar que una cosa es creer en algo y otra totalmente distinta es ser fanático. La verdad es que respeto las creencias de cada persona, pero no me parece correcto que se llegue al fanatismo, porque estas personas fanáticas de alguna religión sólo ven como verdadera su creencia y como mentira la que no es igual a la suya, y por ende no dan esa libertad de creencia.

Como ejemplo de ello una anécdota que me ocurrió hace aproximadamente un año, platiqué con una persona fanática de su religión que profesa, no mencionaré su religión puesto a que ésta no tiene la culpa de la obsesión de ésta persona. Bueno, pues ésta persona dijo, y repetiré sus palabras: “las mujeres son más promiscuas hoy en día y ellas propician que hombres las vean con ojos lujuriosos y que las violen debido a  la forma en que visten, con pantalones muy pegados, faldas cortas y blusas escotadas, Dios no quiere esto para las mujeres, quiere que lleguen vírgenes al matrimonio, pero con sus acciones sólo propician todo el mal que les ocurre”, pues bien, ahora resulta que las mujeres tienen la culpa de que hombres criminales las violen sólo por su forma de vestir, además a mi punto de vista él, según fiel profesante de su religión y predicador de la voluntad de Dios, de cierta forma nos dice que TODAS las mujeres somos promiscuas, ¿acaso Dios ordena insultar y sobajar a las mujeres?

Bueno, pues intente explicarle al señor que ello no significaba que las mujeres fueran las culpables de que hombres salvajes violaran a mujeres indefensas, y menos por su forma de vestirse, pero el hombre aferrado decía que sí. Entonces él dijo: “eso es lo malo de la educación, que hace que los jóvenes dejen de creer en la palabra de Dios, y que se guíen por el camino del mal, por eso tantas jóvenes embarazadas, que por ya no tener temor a Dios se entregan a las bajas pasiones. Los maestros se irán al infierno por negar la existencia de Dios, por evitar que nuestros niños sigan creyendo en nuestro creador. La mejor educación es la que te da la palabra de Dios, porque en la escuela sólo te enseñan los caminos del Diablo”. 

De verdad no quiero sonar discriminatoria, pues como ya dije cada quien es libre de creer en lo que quieran, pero también dije que ello siempre y cuando no dañara a terceros, y ciertamente lo único que dijo el señor fue que las mujeres eran promiscuas, que la educación era un mal para los jóvenes y que los maestros inducían a las chavas a embarazarse. Esto me parece muy absurdo, de hecho toda su conversación, pues su fanatismo no le permitía ver la verdad, sólo alimentaba el machismo, por la discriminación que efectuaba hacia las mujeres.

A muchos esto les puede sonar gracioso, pero la verdad es que a mí me causó indignación, pues soy mujer, mi madre es mujer,  y por hombres como ése se da tan mal trato a las mujeres. Pero como dije, su religión no tiene la culpa de ése, sino su forma de mal interpretar las creencias de su religión. 

Por ello sigo firme en que la libertad de creencias es derecho de cada persona, pero debemos de ser críticos con tales religiones pues muchos predicadores de esas religiones sólo malinterpretan dichas creencias. Estemos concientes de qué es en lo que creemos y entonces sí defender esas creencias.

1 comentario:

  1. LA TOLERANCIA ES UN ►DISVALOR DEL RESPETO◄ SI "RESPETARAS" NO HABRIA NADA QUE TOLERAR, SOPORTAR, AGUANTAR ETC ETC.
    VOS MISMO SOS PRODUCTO DEL MAS MARAVILLOSO Y NATURAL ACTO DE DISCRIMINACION, SOS EL MAS FUERTE, VELOZ Y ADECUADO DE LOS ESPERMATOZOIDES DE TU PADRE. QUE CREES QUE ESTAS "CAMBIANDO"?

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