Como ya lo hemos mencionado antes, los discursos religiosos hacen una marcada discriminación hacia el libre ejercicio de la sexualidad de cada individuo, siempre y cuando ésta vaya en contra de lo que se supone “predica Dios”, aunque muchos sabemos que Dios no ha venido predicando que se maltrate o humillen a personas solo porque difieren de los gustos impuestos.
Al tratar al tema de la religión en este contexto, y sin ofender a los diversos creyentes, que ciertamente han vuelto más que ley el hecho de que las “relaciones ideales” sólo pueden ser entre un hombre y una mujer, debido a que por eso Dios creó al hombre y a partir de él a la mujer para que fueran compañeros eternos.
Si solo las personas enfocaran su atención en estos “hechos” pues bien podría prestarse a las interpretaciones que se le han asignado, que toda relación que sea distinta a la de un hombre y una mujer, va en contra de Dios y por lo tanto hay que reprobarla a toda costa y hasta castigarla.
Como jóvenes que estamos en permanente contacto con otros jóvenes podemos escuchar los casos en los que los padres ven como inmoral el hecho de que su hijo o hija difieran de las preferencias que hemos calificado como ideales. Incluso hemos sabido de padres que golpean a sus hijos o los llaman con diversos adjetivos descalificativos, debido, principalmente, a los valores morales impuestos en gran medida por los ideales de las religiones.
En estos casos los hijos maltratados por estas razones muchas veces se vuelven inseguros y temerosos de mostrar ante la sociedad sus verdaderos gustos, por lo que intentan esconder su sexualidad a toda costa. ¡Y cómo no!, si los comienzan discriminando desde de su hogar, que se supone les debería de dar seguridad y protección, qué se podría esperar de las reacciones de la sociedad.
Queremos que quede claro que no estamos discriminando a las religiones como tal, porque estaríamos cayendo en lo que reprobamos, la discriminación en todas sus expresiones, sino a las interpretaciones extremas que se han dado de la “palabra de Dios” las cuales solo han servido para intereses específicos de los predicantes y que lastiman de manera inimaginable a otras personas como a las víctimas de discriminación.
Bueno, aclarado el punto, podemos decir que lo que se supone que Dios predica esencialmente es el amor y respeto al prójimo, la felicidad de todos pero sobre todo la paz de toda la sociedad, viéndonos a todos como hermanos, y por lo tanto en lugar de criticarnos, menospreciarnos, juzgarnos, primero debemos ver que al igual que Dios, nosotros no somos perfectos, y por lo tanto debemos de aceptarnos con nuestros defectos y virtudes.
Ya pero aber nosotros no juzgamos a nadie udes no entienden nada y a los cristianos tmbn los discriminan y eso que dice del resèto y amor los cristianos si los respetan yo no he visto a ninguno faltando el respeto excepcionalmente si esta turbado yo soy evangelica y no tengo nada contra ellos no me meto. dps de todo es su vida
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